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POEMAS

“Pachamama indignada”

Segregados dentro de un mundo loco sin espacio,
apretujadas unas sobre otras,
como trastes viejos y sucios,
de casas apiladas

sin planeación, colgando sus techos de hojalata.

Las montañas se hallan
como pesebre decembrino,
no de pastores ni de reyes magos,
sino de invasores habitantes.
Algunos vecinos los más vulnerables,

arremolinados,
invadidas sus faldas, sus caminos
de herraduras y sus cumbres,
no con tres cruces como de costumbre,
con antenas de Movistar, televisión y radio.

En ladrillos y cemento,
no en guaduas
sino en tubos viejos.

La vida urbana es una selva,
no de bejucos,
de columnas en concreto,
no de lianas en frondas junglas,
más bien tupida de cables colgando
enmarañados por doquier.

Las selvas cosmopolitas
devoran la decencia, la inocencia
y recrudece la indolencia.

Detecto vestigios de campos
y bosques en las ciudades.
Alguna vez,
las aves migratorias llegaban
en épocas estacionarias,
los animales silvestres
por las laderas circundaban.

Brotaban las hojas de hierbabuena y azafrán.
Las tribus ancestrales cosechaban
El maíz y los frijoles.
Casabe y chicha para agasajar.

Orquídeas, magnolias y astromelias.
El follaje era colorido.
Los eucaliptos se erigían inmortales
A lo largo de lo que ahora es la Carrera Séptima.

Los palos yacen ahí incrustados
en 30x30 centímetros entre las losas de concreto.

Las aves ya no migran,
¡se extravían ¡

Sus radares naturales se han descompuesto.
Los humedales ahora son parqueaderos.

Los árboles son de láminas metálicas
son la obra “vanguardista” de algunos escultores,
yo diría que de unos soldadores.
Sonidos de paz y manantiales fluyendo
en videos de YouTube.

Hamburguesas en vez de maíz y casabe.
Los animales están presos en zoológicos
pagando condenas que quien sabe,
en un nuevo mundo distópico
y de conceptos ilógicos.

Superficiales sin sentido
en un planeta dirigido
a martillo y escopeta.

La comida es sintética y procesada.
Los productos de belleza naturales.
La comida se mezcla como aditivo a combustibles

en las grandes petroleras,
y miles de niños aguantando hambre.

El agua es contaminada en sus afluentes
Luego “tratada y purificada”
A 3000 pesos la botella.

El hombre moderno sediento de renombre,
promulga por la naturaleza respeto.
Si así respetan a una madre, no hay esperanzas,
pobre Pachamama con tremendos hijos indolentes.

Luis Felipe Molano H.

Poema Ganador De Tema Libre 2022 ITA Editorial

Mujer por la orilla
sistema solar

—¿Y qué tal si desnudamos nuestras entrañas?
Acaso, emergerían airosos los tigres
que le rugen a un corazón en llamas…
en las noches sofocantes de estío,
en la brumosa inconstancia de mis palpitaciones,
en los sueños más túrgidos sin amaneceres…

Quizá, vendría alguna que otra golondrina
con sus trinos quedos
a contarme de tu ausencia.
Vendrían las heladas nieblas
a quemar los verdes follajes y las primaveras.

—¿Y qué, si de nuestros nombres adosados al olvido
ya no queda nada?

Tal vez, se difuminaría mi hastío
en el hálito azufrado del dragón cautivo,
para anunciarme que no existe un “nosotros”
ni un mañana.

Luis Felipe Molano H.

“Monólogo Sobre La  Diacronía Y Disertación Del Tiempo”

El tiempo es la simulación perfecta,
mimetizada por la proyección continua de
sucesos.
¿Existe acaso el tiempo?

Pudiera ser el deterioro de la belleza,
quizá la naturaleza del cambio,
o las estaciones pasadas, presentes y venideras

¿Es el tiempo omnisciente e imperecedero?
¿Quién gobierna su inexorable avance?
¡Tal vez la gravedad de un colosal agujero negro ¡,
como diría Einstein.

Quien comprende la física
comprende un fenómeno observable,
fenómeno que se traduce en tiempo.

El tiempo no existe,
existe el transcurrir de las vidas

y de inanimados objetos.
El tiempo es tan intemporal y a su vez finito,
lo sé por las pirámides, La Esfinge,
y el fulgor impoluto de las Pléyades en el
firmamento.

El tiempo no es algo que se tiene,
es algo que se crea,
al antojo de un “cronopio” (el cronopio de
Cortázar),
imbuido en el desconocimiento de la causa,
en el underground de la conciencia.

Si el tiempo es cambio…
¿Por qué no hay cambio en el pensamiento?
¿Hay un instante preciso
o hay acaso un preciso instante?
Existe un afilado sonido de un blues.

Un instante preciso es tiempo efímero o incierto,
atemporal y promisorio.
Un preciso instante es presente continuo,
cercano o distante.

¿Acaso los recuerdos son las bóvedas
guarnecidas del tiempo?
Recuerdos que guardo en el cajón de mis pensamientos,
y cuando la hora última me tome por asalto,
no sé si consiga hacerme algo más de tiempo.

La muerte es la respuesta humana para el
no-tiempo.
Y extrapolando la experiencia mundana,
la vida es homóloga al tiempo.
Y los que ya no están aquí con nosotros…,
¿volverán a cuantificar el tiempo?

Como manecillas derretidas dentro de un cuadro
surrealista de Dalí,
el tiempo se desvanece
como un suspiro al viento.

¿En cuál dimensión o universo paralelo
entenderemos a plenitud y sin reservas el tiempo?
Inexorable, arbitrario e implacable…
¿Existe acaso el tiempo?

Como una ola que viene a morir
desparramando su espuma blanca
en la orilla de la playa.
Y tras ella viene una sucesión de olas peregrinas,
diacronía de olas motivadas por las fases lunares.

Ola que se ha colisionado,
dispersando sus vísceras contra los acantilados,
¿se ha extinguido ya su tiempo?

Trescientos sesenta grados de voces
rodeando un astro sol.
Traslación elíptica por las cuerdas del universo,
marcando las noches oscuras
y los traslúcidos amaneceres.

Existe la interacción del espacio-gravedad
alterando el tiempo.
Y al mirarme al espejo (al espejo de Borges),
se refleja el paso inflexible
de la atracción de los cuerpos.

Poema del libro "Tic, Tac"

Luis Felipe Molano H.

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